martes, 20 de diciembre de 2011

Levanta tu rostro

Si diriges bien tu corazón y extiendes a El tu mano, si en tu mano hay iniquidad y la alejas de ti y no permites que la maldad more en tus tiendas, entonces, ciertamente levantarás tu rostro sin mancha, estarás firme y no temerás.
Porque olvidarás tu aflicción, como aguas que han pasado la recordarás.
Tu vida será más radiante que el mediodía, y hasta la oscuridad será como la mañana.
Entonces confiarás, porque hay esperanza, mirarás alrededor y te acostarás seguro.
Descansarás y nadie te atemorizará, y muchos procurarán tu favor.
Pero los ojos de los malvados languidecerán, y no habrá escape para ellos; su esperanza es dar su último suspiro.
(Job 11:13-20)

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